Con la participación de liceos técnico profesionales de todas las comunas de la región se imparte exitosamente el programa “Aprendizaje Colaborativo Basado en Retos (ACBR)”, iniciativa que forma parte del plan de formación de la Red Futuro Técnico Arica y Parinacota, liderada por la Secretaría Regional Ministerial de Educación y Fundación Chile, con la cual se busca favorecer la integración y aceleración de competencias en la enseñanza media técnico profesional.
Este innovador programa impartido en 4 módulos: conexión, apropiación, experimentación y contextualización; permitirá a sus participantes adquirir competencias para diseñar y aplicar la metodología de Aprendizaje Basado en Retos a la realidad de su especialidad y al contexto productivo de su zona, utilizando las tecnologías que posea su comunidad educativa.
«Este programa plantea una nueva metodología activa, en la que entendemos el reto como un desafío en un contexto cercano a la realidad laboral que el estudiante debe resolver cooperando con su equipo. En este contexto, desde el punto de vista de los resultados de aprendizaje los docentes han logrado primero, diseñar un reto para llevarlo al aula o al laboratorio; segundo, disponen de un tutorial que les permite dinamizar un reto en su contexto de centro y especialidad TP; y tercero, manejar una caja de herramientas que les permitirá diseñar nuevos retos aplicables a su contexto de EMTP”, explica Javier González, especialista en metodologías pedagógicas y facilitador del programa.
En la región, 28 docentes de distintas especialidades participan activamente de esta iniciativa, contribuyendo desde sus distintos enfoques al diseño de retos con alto potencial de implementación. «En unos casos se diseñaron retos que buscaban definir proyectos de emprendimiento (administración y programación y operaciones portuarias), en otros se incidía en la resolución o investigación de problemáticas locales o comunitarias (salud, atención a párvulos y agricultura), también retos que desarrollaban aspectos técnicos «duros» como protocolos de mantenimiento o construcción de prototipos funcionales (minería, mecánica, electricidad y electrónica) y, por último, retos que buscaban conjugar las fortalezas de distintas especialidades para el logro de un desafío común (gastronomía, párvulos y turismo)”, añadió Javier González.
Para Fabiola Ponce, coordinadora del programa, la motivación y compromiso de los participantes ha sido clave para el desarrollo del programa, destacando que «se han generado interesantes espacios para la reflexión, creatividad y cooperación entre pares. Todo esto gracias al entusiasmo y generosidad de los y las participantes, que con gran esfuerzo se conectan a cada clase y aportan desde sus diversas disciplinas teniendo siempre como foco lo más importante, sus estudiantes”.
DESDE ARICA Y PARINACOTA BUSCAN SER PROTAGONISTAS DEL CAMBIO
Roberto Rojas, asesor técnico pedagógico y facilitador de este programa, señaló que esta iniciativa «permite que el docente de educación media técnico profesional conecte la realidad productiva de la zona con aspectos formativos del estudiante, da sentido de realidad a las diferentes actividades prácticas y teóricas que los jóvenes deben realizar en su formación profesional, fortaleciendo el trabajo en equipo y desarrollando competencias tanto técnicas como genéricas, aspectos fundamentales que se necesitan para enfrentar los desafíos de una sociedad cada vez más exigente».
Para Giullia Olivera, directora del Liceo Valle de Codpa, la experiencia en este programa no solo ha significado un gran desafío, sino que un “trabajo constante que ha permitido ponerme en diferentes situaciones y perspectivas respecto al mismo tema , ejercitando las inteligencias múltiples , la creatividad, la empatía, la valoración del aporte del otro y la tolerancia”.
A su vez, Giullia valoró la contribución de esta iniciativa a la labor docente considerando los grandes desafíos a los que debe hacer frente la educación técnico profesional, como los objetivos priorizados, las diferentes formas de evaluar y la situación en la que se encuentran aprendiendo los alumnos remotamente. “El establecimiento que dirijo necesita una dinámica distinta, revitalizadora y de participación grupal que pueda instalarse en la cultura escolar, no solo en la educación TP, sino también en lo que se refiere a la mística escolar y los sellos que nos impulsan a formar un ciudadano comprometido con el desarrollo sustentable local y regional , que se determina en este caso por una metodología que se apoye en un currículum transversal que implique un conocimiento y empoderamiento de los contenidos comunes, de las competencias y habilidades a desarrollar”, concluyó.